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31 octubre 2008


Tres voces para el Factory Love


Actualización 04-11-08. Nuevas fotos


La noche del jueves fue la noche reservada para la factoría del amor. Festival musical donde se reunirían tres de las voces más magistrales del panorama nacional, para ser disfrutadas en la mejor compañía.

Ha sido una noche completa de dulzura, sutilizas y sensualidad. Tres estilos distintos con un solo objetivo, hacer sentir algo especial a todo los apasionados .

No teníamos prisa por entrar, era Tulsa quien abriría y no nos importaba perdernos la primera canción. Craso error!!! Atravieso el umbral y está sonando la dulce voz de Lourdes. No puedo esperar más y de un par de saltos me planto ante ella. Cierro los ojos y ya solo esta su voz y mi divagación...

Sólo intento escuchar su voz, porque por primera vez en todos los conciertos que les he podido ver, la guitarra de Manuel, no suena tan bien. Pero esto ya es un habitual de la sala. Que le vamos a hacer...

Con un nuevo color anranjado en su cabello, sus siempre rojos labios y con vestido negro, se sucende las canciones; I don't believe, la nueva Toast, Gone play on,... llegamos algo tarde, pero lo suficiente para ya tener el buen sabor de boca en el paladar, que durará hasta el final.

Dando muestra de su intensa timidez da las gracias y nos dice adios. Va a comenzar Tulsa.

Entre descansos, visita a la barra a por una carísima cerveza, aprovechamos para participa en las promociones del patrocinador y una inquietante mirada de soslayo se cruza con la de alguien conocido. Otra vez, la Sala Riviera se convierte en lugar de encuentro. Pero ya comienza el concierto, no hay tiempo para más.

Al frente, aunque siempre encorvada, se planta Miren Iza, vocalista y líder del grupo. La escoltan al bajo Alberto Rodrigo a quién tambien he visto tocar alguna vez junto a Russian Red; y a la izquierda repite a los teclados, mandolina y demás, al tremendísimo Charlie Bautista (componente de The Sunday Drivers, Amigos Imaginarios, Russian Red, Tulsa, Cristina Rosenvinge y colaborador en otros tantos). En total 6 componentes. Todo queda entre amigos. Y eso se nota. Canciones folk acústico, muy a la americana. Ya nos daba una pista el nombre del grupo, que corresponde con la segunda ciudad más grande de Oklahoma. Pero no os confundáis, sus canciones son en español y tiene canciones especialmente conmovedoras, cómo pudo ser Miedo a lo conocido.

Otro buen concierto, pero donde se vuelven a repetir los problemillas con el sonido. Alguien me dijo que sonaba embotado, y es posible que esa sea la mejor definición. Esto y el foco que impacta directamente en los ojos del público, las únicas dos pegas que se le podrían poner a su actuación.

Otro corto descanso y comienza Marlango.

Inesperada entrada del grupo, espectacular concierto y asombroso final. No fue solo un concierto, hicieron uso de una divertida puesta en escena convirtiéndolo en todo un espectáculo. Mezclando su música y su dominio de las artes escénicas consiguen crear un singular show.

Aparecieron de uno en uno. En primer lugar, el batería ataviado con un sombrero de paja y una especie de "chilaba", después el bajista con un traje de los Boston Celtics, a continuación guitarra con casaca y gorro de aviador, le siguió el trompeta al estilo Blues Brothers y con corbata roja, acto seguido el teclista con pijama y gorro polar y finalmente Leonor con vestido negro, unas blancas alitas y unas antenitas sobre su cabeza.

Durante su actuación recorrieron su último trabajo, “The Electrical Morning", pero sin olvidarse de sus anteriores éxitos como "It's all right", canción más conocida, coreada y seguramente la más aclamada por los asistentes.

Desde el comienzo el ambiente se volvió especial, envolvente, casi místico. Para ello, se sirvieron del sonido tan especial y único que Marlango realiza. Marlango suena a Marlango. Mezlca de ritmos jazzy, rock y nana. Suenan diferentes y eso les hace únicos.

Para coseguir ese ambiente, no solo se sirvieron de sus canciones, también contribuyó, la innegable belleza de Leonor, sus alas y antenas, los pequeños pasos danzantes cual hada Campanilla y esa voz de rotunda delicadeza.

Una Watling alegre, sonriente, con una incipiente tripita maternal se metió en el bolsillo a todo el público. Nos hicieron disfrutar del concierto de mayor calidad de esta semana en La Riviera (por fin el técnico de sonido, se dio cuenta que sonaba mejor, que no perfecto, con bajar un poquito el volumen).

Y al final, tras un bis, se fueron. Tal y como entraron, de uno en uno.

Fin de fiesta para una agradable noche donde todo estaba preparado para que aflorase lo mejor de cada uno. Aunque mejor con sentados con una copa en la mano.

Más fotos.

Galoagui

3 comentarios:

Carol Toledano dijo...

Sin desmerecer a Russian Red o Tulsa, que me gustan mucho, se notan las tablas que tiene Marlango. Supongo que el que la cabeza de grupo sea actriz, y una actriz como Leonor, ayuda mucho para que el grupo se gane al público, pero está claro que la experiencia no es lo único que les hace insuperables y fabulosos. Que "peazo" de concierto!

Anónimo dijo...

Leonor Watling tiene un halo especial al alcance de muy pocos artistas.

No sólo es su voz, su mirada o su agradable belleza, sino también por su capacidad de convencerte cuando la oyes hablar.

Una gran noche de jueves la que retaba a Leonor Watling con Eva Amaral en dos escenarios diferentes en Madrid, dos mujeres llamadas a dominar el panorama artístico español de la próxima década.

Alberto Garcia dijo...

Para mí, Lourdes siempre será especial.