Por fín el Encuentro

Ha sido bonito recordar este año, lo rápido que ha pasado, lo mucho que hemos conseguido y lo bonito que ha sido. Pero esto tiene que continuar, como diría el inolvidable Freddy Mercury, Show Must Go on...

Hemos recordado a Russian Red como regalo por nuestro aniversario, por nuestro gran año y homólogamente por el de Lourdes. Pero la música en Madrid nunca duerme. Este sábado teníamos varias posibilidades, pero tentando a la suerte, decidimos ver en directo, por fin, a Pink Satura en Madrid.

El motivo era la presentación del nuevo número de la revista Lamenor. Revista sobre música y tendencias. Lástima de sus crónicas y artículos desfasados, meras fotocopias en blanco y negro pegadas con grapa, de una calidad, y que ellos me perdonen, algo dudosa... Al menos, si se hace una presentación de un nuevo número que las crónicas de conciertos sean actuales, y no de un festival que se produjo en agosto.

El motivo era lo de menos, tocaba Pink Satura. En un estrecho garito a la espalda de Plaza de España, Sala Fotomatón, se reunió un nutrido grupo de amigos seguidores de Pink Satura; en su mayor parte ciudadrrealeños, cuna de este grupo. Casi todos los rostros me eran conocidos de noches de fiesta compartidas en los mismos bares desde hace mucho tiempo... (Viva el Travelling!!!)

Previa a la aparición de los manchegos, Migueli López. Un auténtico Juan Palomo, él se lo guisa y él se lo come. Un sintetizador, unos cuantos pedales de efectos y una Gibson eran todas sus herramientas. Todo eso mezclado con letras escatológicas y sencillas sirvieron de calentamiento para la actuación estrella; aunque su actuación pasó sin pena ni gloria pese a la rítmica, aunque ruidosa, guitarra.

Finalizada la escueta actuación de Migueli, subía al escenario Pink Satura. Justo antes de entrar en el pub, pude intercambiar unas palabras con Edu, guitarra y alma máter del grupo. Me comentó lo que minutos después podría comprobar. Lo que allí vimos fue una especie de revival de sus primeros años. La voz principal no era a la que estábamos acostumbrados. En esta ocasión, la voz principal era la de aquellos primeros 10 años. Una voz, al igual que la actual, peculiar. Estuve un buen rato pensando en a quién me recordaba, pero era incapaz de ponerle nombre; hasta que el propio Edu le definió perfectamente: el puto Morrissey de Ciudad Real. Y cierto es que tiene una tonalidad muy parecida, un muy buena opción para suplir la voz actual.

Diez días encerrados ensayando temas que hacía mucho tiempo que no sonaban, dieron su fruto en otro escueto concierto. Se sucedieron sus primeras canciones, pero se echaron de menos algunos de sus últimos trabajos. Canciones que podéis escuchar en su myspace, como la tremendísima Aludes. El público la pidió en varios momentos, pero creo que hicieron bien en no tocarla. No creo que sea lo mismo en la voz de este nuevo Morrissey. Pero lo compensaron con una excelentísima versión de No cars go de The Arcade Fire.

Pero todo no iba a ser bonito. De nuevo, un paupérrimo técnico de sonido puso el negro en lo que podía ser una noche brillante. Un volumen, realmente excesivo, tanto, que vi peligrar mis tímpanos. En un bar tan pequeño no tiene sentido poner el volúmen a máxima potencia; motivo que provocó constantes acoples y pitididos. Todos estos problemas fueron atenuados por la excelente guitarra de Edu y porque tienen temas realmente buenos que podrían llegar a ser verdaderos hits.

Por fín, el ansiado y deseado concierto de Pink Satura. La espera tuvo su recompensa. Ojalá no haya que esperar tanto para disfrutar de sus directos. Son una formación especialmente recomendable, de calidad innegable. Una pena, que haya que esperar a que el productor de turno de una multinacional tipo Warner o EMI, se encuentre con ellos para que estos chicos despeguen definitivamente. Animarles a seguir trabajando, quién sabe cuando se va a producir ese momento.

Para terminar la fiesta, DJ SIMO. Nunca he visto a nadie bailar tanto mientras pincha música. ¡Qué bien se lo puede llegar a pasar él solo con su música! No solo es un espectáculo verle sino disfrutar de la buena música que utiliza en sus sesiones, el mejor pop rock indie tanto nacional como internacional. No es la primera vez que tengo la suerte de disfrutarle. No duda en saltar de su mesa de mezclas para compartir pista de baile si le pides una canción que le gusta (y más si es después de la fiesta del vermut en Bianco a las 19:00 de la tarde...).

Excelente forma de comenzar un sábado: buen concierto (aunque mejorable por ese molesto volumen), par de cervezas y listos para patear Tribunal y Malasaña.

Galoagui

PD. La nueva cámara ya está al caer.