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24 marzo 2009


Unos asesinos espectaculares


Es domingo por la noche y dos larguísimas filas de jóvenes con pantalones caídos que cubren toda la madrileña plaza de Felipe II, nos hace pensar que algo grande debe estar ocurriendo en las medianías del Palacio de Deportes. No es otra cosa que el concierto final de la gira europea de los estadounidenses
The Killers, en el que presentarían al público madrileño su tercer disco "Day & Age".

Para el lector habitual de Galos en la Galia, es sabido que este tercer disco, que recupera sonidos de los 80 y 90 no es de mi total agrado, pero un concierto de The Killers siempre crea como poco, expectación; y escuchar sus ya grandes clásicos en directo merece la pena.

Y tanto que lo merece.

Tras ver y escuchar el rock de los californianos Louis XIV, que pasaron sin pena ni gloria por el gigantesco escenario adornado de palmeras, comenzaba la espera de los esperados "asesinos".

Se apagan las luces y desde lo que parecía una red que resulta ser una maraña de bombillas que funciona a modo de pantalla gigante, una cuenta atrás anuncia su llegada. La cuenta llega a 0 y el exitazo de su último disco comienza a sonar. 15.000 voces corean "Human" en una sola voz. ¿Hay mejor forma para meterse al público madrileño en el bolsillo? Por supuesto que sí, continuando con su otro gran éxito "Somebody told me".

Un comienzo sumamente espectacular que presagiaba el gran espectáculo que nos esperaba pero que hacía temer que el gran nivel del comienzo sería difícil de mantener durante todo el show. No nos equivocábamos.

Podríamos dividir el concierto en tres partes un comienzo espectacular, una parte intermedia en el que el ánimo decaería un poco coincidiendo con el recorrido de las canciones que "rellenan" Age&Day, y un final que no cumplió las espectactivas. El esfuerzo de Flowers por hablar en español ("aquí estamos para serviros"), la espectacular puesta en escena con la gigantesca pantalla, juegos de luces, fuego, confeti, y hits como 'Mr Brightside', 'Read My Mind', 'All These Things That I´ve Done' o 'Bones' acompañado de su videoclip, consiguieron que en el palacio no decayera en demasía el ánimo.

Flowers fue el absoluto protagonista con sus hombreras emplumadas, bien moviendose de un lado a otro del escenario, bien tras un teclado en forma de K; haciendo alarde de su gran voz, que en ocasiones evoca a The Cure. Quedando relegados a meros figurantes el resto del grupo donde solo algún movimiento de la guitarra de David Keuning rompía la omnipresencia de Flowers.

Así llegamos casi al final con "I've got soul but I'm not a Soldier". ¡Espectacular! Una canción que gana y mucho en directo.

Era el primer adios pero quedaba la última hornada. Después de haber gastado los grandes temas al comienzo todos nos preguntábamos como sería el final, cómo intentarían sorprender. Lógicamente, no quedaba mucho con lo que hacerlo. Con la bella "This is the world that we live in" y "When we were young" no consiguieron estar a la altura del trepidante comienzo pero la puesta en escena serviría para dejarnos con un muy buen sabor de boca e irnos contentos después de un largo fin de semana habiendo visto al grupo del momento.

Concierto entretenido con grandes efectos visuales pero falto de intensidad en su completitud. Quizás porque mucha de la gente que allí se congrego les conocía tan sólo por la aparición de 'Human' en radiofórmulas. Una lástima este cambio, que aunque gusta al gran público (al menos, Human) se ha perdido el rock característico que los definía. Menos mal que tienen un directo espectacular.

Lejos queda su primer concierto madrileño con apenas 400 personas en Copérnico. ¿Evolución? No lo creo.

Más fotos aquí.

Ya nos veremos en el de Franz Ferdinand.

Galoagui

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me acordé de tu blog y se me ocurrió entrar a echar un vistazo (y no para hacer correcciones ortográficas, que conste).
No doy abasto con tanta entrada!!! No paras y eso es bueno...
Genial :-)

Besos,

Sonia