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19 julio 2010


Galos en Lusitania III - Optimus Alive 2010

Por Natxo Nieto

Tercer día en Lisboa, y ya empiezo a “falar em portugues”. Según la web del Optimus Alive, no quedan billetes para hoy. Normal, es sábado y va a tocar Pearl Jam.


Previendo la masificación, y que muchos de los asistentes tendrán que validar su entrada de un día, la decisión de posponer unas horas la entrada se antoja como acertada, aún sacrificando a grupos como Girls (a primerísima hora), Gomez o Dropkicks Murphys.

A pesar de las funestas previsiones, la entrada para los poseedores de abono de 3 días fue bastante fluida. Lo que me permite llegar a tiempo para satisfacer la curiosidad de ver cómo se comportan en directo los suecos de Miike Snow (sí, Miike, con dos íes) en el escenario pequeño.

Con un telón representando un ciervonejo, o un conejervo; vamos, un conejo con cornamenta de ungulado macho adulto, y ataviados con unas caretas blancas aparecen los integrantes del grupo para presentarnos sus temas. Caretas de las que se despojarían a mitad de concierto, para seguir la actuación a cara descubierta y, al contrario que Gossip, interpretar su canción más conocida, Animal, en último lugar.

Una canción que aún resuena en mi cabeza (still, still an animaaaaal)


Con Animal resonando dentro del melón se cambia la escena para la actuación de unos nuevos viejos conocidos: The Big Pink, grupo del que ya os contamos su actuación teloneando a Muse en el Calderón. Esta vez no aparecieron elementos rosas en el escenario pero la indumentaria de los miembros del grupo era muy similar a la que llevaron en Madrid.

Si esta banda aprendiese a manejar la escena y la visualidad (no sé cómo ponen el mamotreto de mesa de mezclas tan delante) ganarían bastante. Tocan aún demasiado juntos, como con miedo a explorar los rincones del escenario. Pero eso sí, con los ojos cerrados su propuesta musical es más que interesante. Para mi gusto deberían alterar el orden de Tonight, una de sus canciones más movidas, y ubicarla en los primeros temas y no en los últimos como hicieron. Así evitarían que el público más joven abandonase sin escucharlo, y se quedasen para conocer su mejor tema, Dominos, cuya ubicación en el último lugar del setlist parece innegociable. Perdieron su oportunidad para dar el salto. Siempre pondrán como excusa que en medio de su concierto comenzaba Gogol Bordello en el escenario grande.

Los indefinibles Gogol Bordello. ¿Cómo os cuento esto? Un grupo cuyos miembros parecen sacados de una cantina portuaria, tramoyistas de un circo ambulante, o de una comuna perdida en un pueblo abandonado en medio de la montaña. Con instrumentos habituales y no tan habituales como el violín, y en un número que no es de extrañar que les dieran el escenario grande. Dudo que cupieran todos a la vez en el pequeño.

Sin letras memorables, con canciones prácticamente desconocidas por el público luso, demostraron que saben transmitir, o sencillamente es que les sale solo, unas ganas de brincar, una conexión con la parte primitiva del cerebro humano relacionada con los bailes rituales, una juerga inesperada para quien estaba haciendo sitio para ver a Pearl Jam, una jarana multitudinaria retransmitida en directo por la televisión portuguesa a nivel nacional. Mañana fijo que tengo agujetas.



Y sin darnos cuenta ha caído la noche. Sin apenas darnos cuenta, el escenario ha mutado; mantener la posición o tratar de mejorarla son tareas que llevan toda la atención. Los más alejados aprovechan para hacerse con víveres: bifanas, cachorros (perritos), hamburguesas y pizzas, o dar cuenta de la cerveza local patrocinadora del festival Super Bock.

Eddie Vedder va a comenzar el show.

Los años y las giras dan una experiencia a la banda que se nota desde la primera nota de Release.



Seguimos en un viaje por la melancolía y la rabia que se desprende de la voz grave de Eddie pasando por Given to Fly, Daughter, Even Flow,...

A través de las pantallas gigantes se denota cansancio y angustia en los ojos del cantante de Seattle, parece que guarda un secreto.

Secreto que nos sería revelado en portugués. Tras las habituales fórmulas de peloteo al público local Eddie anunció que estábamos presenciando el último concierto de Pearl Jam en mucho tiempo. Este anuncio alivió a Eddie, quien siguió el concierto de una forma más alegre. Incluso el tono de los discursos entre canción y canción eran más positivos. Enardeció el patriotismo luso cantando una canción enviada por un fan titulada Portugal, que en palabras de Vedder: “la banda no conoce y yo acabo de conocerla”.



Hubo dos parones y sendos bises. Parones durante los cuales el público coreó el estribillo de Alive; que formó parte del último bis. No faltaron clásicos como Black, Nothingman, Once.

Tras dos horas con el público flotando con Pearl Jam, la vuelta a la realidad fue propiciada por LCD Soundsystem. Vedder y los suyos se habían pasado en el horario estipulado y el cantante de LCD anunció que sólo iban a tocar una hora. Con bastante cabreo y con cierta desgana cumplieron su palabra sin dejarse su éxito Daft Punk is Playing in my House. Un final poco acorde con lo que fue el resto del festival.

Optimus Alive es un festival muy asequible (90 €) y recomendable, suelen tener buenos carteles( Por fechas coincide con el BBK Live, y comparten bastantes grupos del cartel). La comida y bebida dentro del recinto tienen precios que poco tienen de abusivos con en festivales españoles.

Como notas negativas, o aspectos mejorables destacaría el mecanismo de entrada del primer día, la creciente masificación, y el solapamiento de conciertos, habitual en muchos festivales.

Fotos por: Natxo López y www.exposay.com

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