True blood candy with the Posies

Por Carolina Toledano

Mucho ha llovido desde que a finales de los 80 Jon Auer y Ken Stringfellow dedicieron unir sus talentos para formar The Posies. Desde entonces, los éxitos juntos, en solitario y en otras bandas, han sido una constante en su vida.

El pasado jueves 30 de Septiembre, con su último trabajo recién salido del horno (apenas nos llegaba un día antes a los fans) estos peculiares americanos aterrizaban en la Sala Heineken de la capital española.

Sin saber gran cosa de esta banda lo último que uno se espera nada más atravesar las puertas es que mientras unos desapercibidos teloneros intentan animar a cuatro monos, los mismísimos Jon y Ken se encuentran a la entrada vendiendo su último disco, "Blood Candy", y por supuesto, firmándolo para quien así lo quiera. ¡Que majos parecen estos estos tipos!

Cuando por fin nos decidimos a acercarnos a hablar con Ken para solicitarle una foto, quizá porque se acercaba la hora de empezar, o tal vez porque la sala empezaba a llenarse, éste nos pidió amablemente que esperásemos a después del concierto, que tenían que irse ya... Agradable primera impresión que deja claro que después de 20 años de negocio no van de "divos", algo que hoy día se valora y mucho.

Con espantosa puntualidad hacen aparición en el escenario Jon y Ken con sendas guitarras (aunque el piano de Ken siempre a mano) Matt Harris al bajo y el simpático Darius Minwalla en la batería.

Y ni cortos ni perezosos, ni un tímido hola, dan comienzo al concierto con la primera canción de su último disco (está claro que si tienen que empezar con algo nuevo, mejor que sea con lo que casi todo el mundo debe haber escuchado).

A partir de aquí, los Posies hicieron alarde de su talento y experiencia y sobre todo de su gran complicidad sobre el escenario presentando Blood Candy, disco repleto de lo que prometen ser nuevos éxitos en su carrera y también recordándonos los temas que les han hecho famosos.

Así, Blood Candy dominaba el groso del concierto con Plastic Paperbacks, So Caroline, Licenses to Hide en la que contaron con la colaboración de la inglesa Rebecca Lander (coro habitual del australiano Aaron Thomas), Cleopatra Street, The Glitter Prize, Enewetak, Holiday Hours, Take Care yourself, For The Ashes...

Turnándose a las voces, Jon y Ken, y esté último alternando guitarra y piano, nos regalaron éxitos de su amplia discografía como Sad to be Aware, Farewell Typewriter, Ontario, Conversations, Fight it, I guess you're Right, o Throwaway, tema interpretado por Jon en el que consiguió el acompañamiento a capela de todo el público en el estribillo..."I don't have it now..."

No se olvidaron, por supuesto, de los grandes éxitos de Frosting on the Beater, disco que les consagró allá por el 93, como Flavor on the Month, Solar Sister o Definite Door (elegida para cerrar el concierto).

Cómo anécdotas del concierto podemos destacar las conversaciones de Jon y Ken, en las que no dudan en contarnos su experiencia por España, incluso saludando a viejas amigas entre el público (a quien le dedicaron canción), o hasta bromear sobre la "costumbre" de Ken de escupir, literalmente, en el escenario, cual cowboy del lejano oeste. Sin mala intención, más de un fan no dudo en gritarle guarro... Y a los "afortunados" de la primera fila incluso les regaló una toalla al comenzar el concierto.

Como anunciaba, con Definite door nos decían adiós en una explosión musical que terminaba con las baquetas de Darius volando por encima de nuestras cabezas, las púas de Matt haciendo lo propio, y la guitarra de Jon cuasi descuartizada cuando en un ataque de euforia terminó arrancando todas las cuerdas.

Pero el evento realmente culminó con nuestra prometida foto con algunos de los componentes del grupo posando gustosamente ante nuestra cámara.

Divertido concierto, de alta calidad musical y con grandes músicos sobre el escenario que nos dejaron con ganas de repetir.

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Fotos: Carol Toledano