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27 junio 2012


Insípido primer Día de la música - Viernes

Ya son 7 las ediciones de este festival que nace como celebración de “El día de la música”. Para esta ocasión volvería a repetirse el Matadero de Madrid como el lugar de celebración,  mejor acondicionado y organizado que en años pasados. Dos grandes escenarios al aire libre donde torrarse al Sol y otros tres escenarios en el interior de las antiguas naves donde un día se descuartizaban animales.


El festival contó con novedades como la de dedicar un día a homenajear al desaparecido Enrique Morente con un concierto de Los Evangelistas. También se dedicó un día para los más pequeños de la casa con el Mini Día de la Música. Día que se dedicaría a actividades y conciertos enfocados para los niños. Así se pudo ver a Christina Rosenvinge de cuenta cuentos, hubo yoga en familia, diferentes talleres siempre relacionados con la música y conciertos como el de The new Raemon o The Cabriolets.

Pero lo importante, el motivo real por el que os hablamos de este festival, se dio lugar el viernes y sábado.

Algo curioso de este festival y que quizás sea uno de los motivos, entre otros muchos, por el cual no termina de cuajar es el gran número de grupos que tocan simultáneamente. El horario es de 16.00 a 00.30, por celebrarse en el centro de la ciudad, y su lista de grupos  tan extensa como la de cualquier otro que dura el doble de horas, ¿cómo es posible encajar todo eso en tan poco tiempo? Pues colocando 5 escenarios obligando a tocar a 5 grupos a la vez. Conclusión, de los 17 grupos que tocan en un día, tan solo, con un poco de suerte podrás disfrutar de 3 o 4. Has pagado por un festival 70 euros donde hay un cartel de más de 30 grupos, de los que solo podrás disfrutar de 6 o 7 conciertos íntegros. Así, este festival, no va a consagrarse nunca y seguirá teniendo problemas para vender abonos.

Pese a ello, y aún sin tener un grandísimo cartel, hubo bastantes sorpresas que hicieron que mereciera la pena la inversión de tiempo y dinero.

La primera de ellas nos la encontramos en el escenario más íntimo y oscuro, el Spotify (quizás el lugar donde mejores conciertos se dieron). Allí nos esperaba St. Vincent, una texana de cara angelical que nos muestra su transformación de ángel a demonio a la primera de cambio. En su concierto pudimos ver esa metamorfosis a base de canciones espinosas de rock enérgico que fue ascendiendo en intensidad según caían las canciones de su Strange Mercy. Especialmente bien acogida tuvo Cruel o la versión de She is beyond good and evil, de The Pop Group, pero fue el final apoteósico con Krokodile, cuando todos nos quedamos boquiabiertos, hasta el punto de ver a Annie queriendo fundirse con el público arrojándose al mismo, como una posesa. Sí son sus piernas:


Era la primera toma de contacto del festival y probablemente fuera uno de los mejores momentos.

Tindersticks llegaba con retraso, quedaba tiempo hasta el comienzo de James Blake, un sol abrasador se hacía cada vez más fuerte, así que uno se vio 'obligado' a disfrutar del rock&roll de los 50 de JD McPherson, con el que bailamos y disfrutamos hasta la llegada de James Blake.

James Blake, ese niño bonito de la música independiente, se posaba en el enorme escenario a las 21.00h, con el sol todavía dando de lleno. Su mezcla de electrónica y soul, que tan buenas críticas le han cosechado y que le han consagrado como uno de los artistas revelación de la década, fue curiosamente, un mero pase de aburrido minimalismo. Quizás en un escenario más íntimo como en el que poco antes St Vincent lo había dado todo, se podría haber disfrutado mucho más. El mejor momento de su concierto fue con la versión del gran temón de Feist, ‘Limit to Your Love’ y aun así, nada que ver como el original. La clase, el estilo en ciertas circunstancias, se convierte en sopor.


Visto que el aburrimiento comenzaba su invasión, hubo que tomar medidas drásticas y lanzarnos a descubrir el nuevo material de Mentdez. Poco os puedo contar de este concierto, pues se solapaba con Two door cinema club y dio tiempo a muy poco. Pero con ese poquito fue suficiente para sacarnos de la desidia de Blake. Lo nuevo de Mentdez  pinta muy bien.

Two Door Cinema Club, sin hacer nada nuevo, volvió a dar un divertidísimo concierto. Convertidos en cabeza de cartel de festivales gracias a canciones tan bailables y tan parecidas entre ellas como ‘Undercover Martyn’, ‘Something Good Can Work’, 'What you Know' o ‘I Can Talk’. Dieron un concierto en el que no se dejó de bailar ni un instante. A parte de las canciones de Tourist History hubo espacio para las canciones de su nuevo disco. Canciones que por su estilo podría decirse que salen del propio Tourist History, dejando claro que su objetivo es consolidarse y seguir creciendo siguiendo la senda que tanto éxito les ha granjeado. Un concierto donde gastamos toda la zapatilla que pudimos.


Para cerrar la noche La Casa Azul. El recién premiado como mejor artista pop del año por la UFI, es una apuesta segura para cerrar una noche por todo lo alto. Con su apertura con Los chicos hoy saltarán a la pista, quedaba claro que todo el mundo quería fiesta. l ambiente alegre y festivo que se desató que cada una de las canciones de Polinesia Meridional fueran bailadas con toda la energía que quedaba, que era mucha. Es agradable ver como lo que hasta hace poco algunos denominaba tonti-pop al trabajo de Guille, hoy ha cobrado el reconocimiento que sus composiciones merecen. Composiciones que invitan a la fiesta y a pasarlo bien, como así ocurrió con Sucumbir, La Fiesta Universal, Colisión inminente (Red Lights, Red Lights), No más Myolastan y como no, con el cierre apoteósico de La Revolución Sexual. Un gran, aunque tempranero, final de fiesta para un agridulce primer día.



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